MUSICURIOSIDADES

A Fito Cabrales se supone que el éxito le habrá cambiado la vida, para bien o para mal. Pero no su innata simpatía. Tras la abrumadora gira de «Por la boca vive el pez» y un merecido descanso, el carismático guitarrista bilbaino nos recibe en un hall acristalado de corte clásico del hotel Carlton -muy poco acorde con su aire de rockero perenne-, donde se prepara para desgranar todo lo relativo al inminente nuevo lanzamiento de «Antes de que cuente diez» (Warner).

El ex Platero y Tú ha declarado más de una vez que no siente presión alguna al abordar nuevos proyectos -«bastante tengo con hacer canciones»-, pero es consciente de las previsiones a las que se enfrenta: «Es verdad que cuando sale el disco hay una presión, que la comparto alrededor, porque la gente pone unas expectativas en tu trabajo y las quiere cumplir». En definitiva, si ha ido bien, que vaya mejor. «La industria es así, nunca se conforma, siempre quiere ir a mejor», ríe el artista, «y lo comprendo en la situación de crisis discográfica actual, aunque a mí si que me vale así».

Dejamos de lado el negocio, para hablar de las canciones y de su composición. «Todo el mundo tiene un metodo -reconoce Fito- y a mí, la verdad, me gustaría tener más metodo del que tengo». A la hora de componer las letras, «para hacer tres frases necesito dos cuadernos» desvela. «A la hora de escribir, es mucho más lo que rompes que lo que mantienes, lo que siempre me ha costado muchísimo». El artista se encuentra más cómodo con la guitarra, «tengo quince guitarras en casa y siempre estoy tocando, siempre me ha parecido… más natural». De esa manera, «es más fácil que salga la música, las melodías, porque estás muchas más horas con la guitarra en la mano que con un lápiz y un cuaderno». En definitiva, «todo es cuestión de trabajo, porque no soy escritor ni poeta, yo hago canciones y les intento poner letra, nada más». Sin embargo, lo que escribe llega a mucha gente, «porque hablas de cosas normales que compartes con ellos».

En cuanto a los temas de los que habla, «no los determino de antemano», reconoce. «Escribo una frase que me quiere decir algo y me lleva a otra. Lo peor son las cuatro primeras frases». Una vez comenzar, «voy cambiando y juntando lo escrito, dejando desnudas algunas canciones y concluyendo otras». Un método que «no creo sea muy raro, hacer temas simultáneamente, y es quizás más divertido. Porque si creo que todo lo que compongo merece ser grabado, es que soy un gilipollas. Tienes que valorar a dónde quieres ir, qué quieres ofrecer y hacer una criba, aunque al componer te lo pases bien jugando».

Fruto de ese juego llega «Antes de que cuente diez», con la canción homónima que abre el disco como single (¡sin estribillo!). Entre los nueve temas restantes, una versión de «Todo a 100», de La Cabra Mecánica (que anuncian gira de despedida), y cerrando el disco, la instrumental y vigorosa «La cocina de Bernar».

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FITO Y LOS FITIPALDIS – ENTRE LA ESPADA Y LA PARED

Entre lo amargo del café
Quedó el aroma y el calor
Lo que me dio, me lo dejó cuando se fue
Con la certeza y la razón
De sabe dios, quién sabe qué
Que lo invisible existe solo porque no se ve
No soy la foto del carné
No soy la luz en el balcón
Yo solo soy el que llegó
Y el que se fue
No sé muy bien a donde voy
Para encontrarme búscame
En algún sitio entre la espada y la pared
Las nubes con el viento siempre están cambiando
Quizás podamos ver el sol de vez en cuando
Puede ser que todo vuelva a ser
Cuando es tarde para responder
Que nunca más…

Voy a quedarme en este mar
Aunque me estrelle entre las rocas
Aunque me pise el mismo pie que antes besó mi boca
No encontrar el equilibrio y agarrarse
Lo contrario, de vivir es no arriesgarse
Oh ¿Quién sabe qué?
Oh, no, no, no
Maldita noche que pase
No sé muy bien porque razón
Que sin dormirme te soñé
Él pareció escuchar tu voz
Toda la culpa es del café
Que me recuerda a tu sabor
Y fue la voz que no escuché
Y fue el silencio el que me despertó
Toda la culpa fue
Del aire que rozó mi piel
De la piel que me guardó el calor
El mismo con el que forjé
Mi oxidado corazón
Las cosas que no pueden ser
Son todas las que he sido yo
Las mezclas no me salen bien
Sexo, droga y rockandroll
Sexo, droga y rockandroll